UN GARNELO EN YORKSHIRE

Garnelo fue un viajero infatigable, ya en su larga estancia en Roma, como pensionado de la Real Academia de España, realizaba excursiones cercanas sin otro fin que el artístico y tras sus estancias  fuera de Italia, en el retorno a San Pietro in Montorio, siempre encontraba el pretexto para alargar los desplazamientos, pequeños viajes dentro del “oficial”; Burdeos, Nápoles, Gante, Múnich, Florencia, Venecia…

Los grandes núcleos artísticos; París, Atenas, Roma, Londres … fueron objeto de sus frecuentes visitas y se le encomendó la representación de España, o de altas instituciones artísticas, en congresos internacionales para la enseñanza del dibujo (París, Dresde, Londres). No es sorprendente encontrar obra de Garnelo repartida por Europa, algunas, como veremos, fueron fruto de importantes encargos de la alta burguesía.

Este espíritu cosmopolita del Maestro ha forjado un precioso legado para el Museo Garnelo, conservamos muchas de sus “impresiones” de viaje en forma de pequeñas tablitas, coloridas muestras de un bien preciado para él, sus recuerdos. Es fácil verlo, en las fotografías de sus estudios de trabajo, rodeado de estas obras de pequeño formato, que tapizaban las paredes como si de un “Instagram” de la época se tratase. Gracias a ese valor sentimental que tenían para el artista, hemos conservado un importante número de ellas; tan solo algunas, dedicadas como regalo, escaparon de su colección, como es el caso que nos ocupa.

Hace unos días recibimos desde Cottingham (ciudad de East Yorkshire, Inglaterra)  una grata sorpresa por parte de la familia Bilton, poseen una “tablita”  en la que Garnelo retrata a un pequeño pug. Esta raza canina se puso de moda en la alta sociedad inglesa a finales del siglo XIX. De origen chino, es conocida desde el siglo XVIII como carlín o carlino, el nombre que le dieron en Francia por su aspecto facial, similar a la máscara del cómico italiano del mismo nombre. La obra, de factura garneliana indiscutible, es un óleo sobre tabla de 28 x 19 cm., está firmada y en su dedicatoria leemos: “A Gertrude / un recuerdo / J. Garnelo / 1910

Patricia Bilton nos envió algunas fotos, tras conocer el Museo Garnelo en Internet, no podía darnos mucha información, desconocía quién era la destinataria del regalo. Nos explica que la obra llegó a su familia porque les encantan los pugs y compartían la afición con un buen amigo suyo, quien viajaba mucho en Inglaterra por motivos de trabajo.

Su amigo visitaba con frecuencia anticuarios y mercados de arte, buscando pugs como motivo de inspiración, así fue como adquirió el Garnelo. Desgraciadamente falleció y su familia quiso que la obra fuese para los Bilton, como recuerdo de su amistad y de su pasión compartida.

José Garnelo y Alda, comenzó su relación con Inglaterra en 1893, cuando el banquero inglés Thomson le encargó los cuadros Veturia y Coriolano y Aspasia y Pericles. Luego, en 1905, pintó un Retrato del rey Alfonso XIII para la Embajada de España en Londres. En 1906 expone en Londres el Retrato de la Marquesa de Ayerbe y realiza una exposición individual. En 1907 participa en la Exposición de la Sociedad de Bellas Artes con un cuadro taurino, Capea en Las Navas del Marqués.

Lucy Bilton, hija de Patricia Bilton
Lucy con sus pugs, Alfred y Elsie

Otro espectáculo memorable fue la Exposición de Arte Español Moderno, celebrada en Brighton en 1914. Fue organizada por la Asociación Española de Pintores y Escultores, y por el director del Museo de Brighton, Sr. Henry D. Roberts. La misma exposición celebrada en Brighton se presentó, meses después, en la Grafton London Galleries, el 2 de octubre de 1914.   

Gertrude Jekyll con su pug

En el Museo los “garnelianos” sospechamos que Gertrude bien pudiera ser Gertrude Jekyll, que tuvo una importante carrera como pintora y acuarelista, aunque destacó especialmente como diseñadora de jardines, a lo largo de toda Europa. Jekyll fue el cincuenta por ciento de una de las asociaciones más influyentes e históricas del movimiento Arts and Crafts, la otra mitad era el arquitecto inglés Edwin Lutyens. Gertrude amaba a los  animales, en especial a los gatos y pugs, con los que aparece en muchas fotografías de época. Sus jardines eran una viva recreación de la ornamentación floral prerrafaelita. Sabemos que Gertrude conocía a Sir Lawrence Alma-Tadema, otro representante independiente del movimiento prerrafaelita, del que conservamos varias cartas dirigidas a Garnelo. Por aquellos primeros años de siglo, la pintura de Garnelo traslucía bastantes influencias prerrafaelitas, solo valdría citar el ejemplo de Jesús Manantial de Amor, de 1901, y otros muchos que conocemos en colecciones particulares. Es solo una hipótesis, pero la creemos bastante plausible, José Garnelo y Gertrude Jekyll bien pudieron conocerse en los estrechos círculos artísticos del Londres eduardino.

Nuestra enhorabuena a la familia Bilton por su Garnelo, nuestro agradecimiento por su gentil colaboración y la grata sorpresa que nos han proporcionado, solo pedirles que cuiden bien de ese pequeño pug, perdido en tierra de terriers.

 

F. R.                            

«VENDIMIADORAS MONTILLANAS», de Eloísa Garnelo, se expondrá en Zaragoza y Valencia como una de las joyas del programa MAE

El pasado martes, 22 de marzo, fue inaugurada en Zaragoza la exposición Hacia poéticas de género. Mujeres artistas en España: (1804-1939)

Partiendo de la escasa consideración social a la que se enfrentaban las mujeres artistas desde la primera mitad del siglo XIX, con evidentes dificultades para completar su formación y, más aún, de llegar a ejercer como profesionales, el proyecto Mujeres Artistas en España, 1804-1939 (MAE), se ocupa de los cambios paulatinos producidos en el contexto social y cultural de ese periodo para alcanzar la igualdad con sus colegas varones y terminar con la discriminación histórica de la que fueron objeto.

La exposición tendrá lugar, inicialmente, en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos Pablo Serrano de Zaragoza, del 22 de marzo al 22 de junio, y después itinerará al Museo de Bellas Artes de Valencia, del 30 de junio al 25 de septiembre. Su directora, Concha Lomba (Universidad de Zaragoza) cuenta con la colaboración de investigadores e investigadoras de cuatro universidades: Jaime Brihuega, Estrella de Diego y Alicia Fuentes (Universidad Complutense de Madrid), Rafael Gil y Ester Alba (Universidad de Valencia), Magdalena Illán (Universidad de Sevilla) y Alberto Castán (Universidad de Zaragoza).

La muestra expone 111 obras de 71 artistas, procedentes de 40 instituciones españolas y 17 colecciones particulares. Entre ellas destacan, por número de obras prestadas; el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, con 11 obras; el Museo Nacional de Arte de Cataluña, con 8 obras; la Biblioteca Nacional de España, con 6 obras; el Centro Documental de Memoria Histórica de Salamanca, con cinco obras; la Diputación Provincial de Barcelona, con cuatro obras; y el Museo Nacional del Prado, con otras cuatro obras. Entre las aportaciones privadas destaca Vendimiadoras montillanas, perteneciente a la Colección Cabello de Alba.

«Vendimiadoras montillanas» en el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos (IAACC)

La exposición se articula en torno a 6 ejes:

1. Mujeres frente al espejo: Retratos y autorretratos
2. Aristócratas y burguesas: El inicio de un sueño.
3. Hacia una nueva identidad: De las flores a la transgresión del desnudo
4. Tiempos de libertad, en teoría.
5. Conquistando la modernidad y
6. El compromiso de las artistas: La guerra civil.

Con esta estructura se pretende, por una parte, hacer comprender la diversa presencia de las mujeres en el panorama artístico español, desde principios de siglo XIX hasta el final de la guerra civil, en 1939; por otra, que se adviertan las distintas técnicas que abordaron las mujeres artistas. Un proceso que dará visibilidad a la participación femenina en las Bellas Artes de España, su compromiso político, su vinculación con las vanguardias artísticas y su aportación al arte moderno.

«Vendimiadoras montillanas». Hacia poéticas de género. Mujeres artistas en España: (1804-1939)

En cuanto a Vendimiadoras montillanas, se trata de un lienzo de 152 x 92 cm., enmarcado en una excepcional talla de pámpanos y hojas de vid que D. Manuel Cabello de Alba encargó al artesano local Solano Salido, padre de Francisco Salido, quien había restaurado la obra tras su adquisición por parte del coleccionista montillano.

Eloísa representa de forma magistral, bajo un cielo que preludia la llegada del otoño, a dos mujeres cercanas a la autora, la encargada de una finca familiar de los Garnelo y su hija, personas con las que convivía en la campiña montillana. Ambas son retratadas, entre exuberantes vides y frutos, con aperos para la labor, en el momento en que la detienen para intercambiar unas palabras. La obra se expuso con excelente crítica en Madrid, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1892; de ello se hizo eco la más prestigiosa prensa de la época: “Revista de España”, “La Dinastía”, “España y América”…

Tras el éxito obtenido, en 1893, el lienzo viajó a la Exposición Universal de Chicago, donde se expuso en el Fine Arts Palace. Obtuvo un reconocimiento ciertamente atípico para una mujer en la época pero, como otras muchas, cayó en el olvido durante décadas. Esta muestra itinerante entre Zaragoza y Valencia pretende exhumar las geniales aportaciones de muchas mujeres a nuestras Bellas Artes.

 

F. R.