«… Pocos empeños más atractivos que el de honrar al mayor autor vivo que tenemos en Córdoba, ahora que ha rebasado los ochenta años. Más allá de las modas, Clementson ha sido siempre un poeta de guardia, a la vieja usanza, independiente, riguroso, de fertilidad desbordante y obra indiscutible.»
Comité organizador: Miguel Clementson Lope, Bernd Dietz, Eduardo Mármol y Juan Miguel, Moreno Calderón.
Carlos Clementson es una figura fundamental en la poesía cordobesa actual. Su obra se distingue por un clasicismo contemporáneo, combina una reflexión intimista, de sólida y exquisita base formal, con una sensibilidad moderna, abordando temas universales como el paso del tiempo, la memoria y la belleza. Esta fusión lo convierte en puente entre la tradición y la contemporaneidad. Ha sido una influencia clave para varias generaciones de poetas en la región, no solo a través de su escritura, sino también por su papel como catedrático de Literatura y su labor de divulgación cultural. El impacto de Carlos Clementson en la poesía de Córdoba va más allá de su producción literaria, promotor de encuentros y lecturas poéticas, su obra ha sido galardonada con importantes premios, consolidándolo como uno de los poetas más importantes de su generación en España. Clementson representa la conexión entre la tradición poética y las sensibilidades contemporáneas, en cierto modo es el guardián de la herencia de Cántico y mantiene viva la llama de la poesía clásica en la Córdoba de hoy.
Del martes 2 al domingo 21 de septiembre, el comité organizador de CARLOS CLEMENTSON, UNA PLEAMAR QUE NO CESA. Homenaje de la Ciudad de Córdoba, nos presenta esta deslumbrante muestra. Para Carlos Clementson, la pintura no es solo otra forma de arte, sino una disciplina con la que su poesía se entrelaza de manera profunda, comparte la misma esencia que el verso, un espejo donde la palabra se vuelve visible. La pintura tiene la capacidad de salvar algo de la nada y del tiempo. Un retrato o un cuadro pueden capturar la esencia de una persona o de un momento y hacerlo «fiel reflejo incólume» que perdura. Al igual que la poesía, logra «librarte de la nada, rescatarte del tiempo, en realidad fingida, pero alentando vida». A través de «unos pigmentos de color y de luz», el pintor, con su «sabio mester de reiterar la vida», le da cuerpo y alma a lo inerte del lienzo.

No podía un homenaje a Carlos pasar por alto la pintura, camino del mismo fin que la poesía; la creación de una realidad que desafía el paso del tiempo y celebra la belleza y la vida. Garnelo estará presente en la muestra con la obra «Atenas. El Erecteo y el Partenón al sol de la tarde», un óleo sobre lienzo dedicado a su amigo, el escultor Miguel Blay.
La fascinación de Carlos Clementson por Grecia es una de las constantes de su obra, se manifiesta en su poesía a través de ese clasicismo contemporáneo que utiliza la mitología y la geografía griega como pilares de su universo lírico. Su interés por Grecia no se limita a referencias superficiales, sino que se evidencia en títulos de sus obras, como Los dioses desterrados y La música de Orfeo: una antología del espíritu griego. Esto demuestra una dedicación profunda al estudio y la recreación del imaginario clásico.
Clementson evoca a Grecia como la cuna de la belleza y la armonía. La luz, el mar y las rocas de sus costas se convierten en símbolos recurrentes en sus versos, elementos que conectan su sensibilidad con un pasado glorioso que él busca revivir a través de la palabra. Grecia no es solo un lugar geográfico, sino una idea, un espíritu que impregna su escritura y le da una dimensión atemporal.
La debilidad de Garnelo y de Clementson por Grecia es similar, ambos la ven como un referente cultural y estético supremo, aunque cada uno la traslade a su obra a través de su propio medio artístico, Garnelo en la representación visual de sus mitos y Clementson en la evocación lírica de su espíritu y su paisaje. En la obra de ambos, el Mar Egeo, el sol y las ruinas hablan de la memoria, el tiempo y la condición humana.
El Museo Garnelo se suma a este merecido homenaje y reitera su eterno agradecimiento a Carlos por su Non omnis moriar. Verso y prosa para un panorama de la cultura española, un diálogo poético y reflexivo entre la literatura y la pintura, que dedicó a Garnelo en 2006. Nuestro agradecimiento hace que esta obra de Clementson se integre hoy en el discurso curatorial del museo, como un enlace vital entre la pintura y la poesía que enriquece la experiencia del visitante.
F. R.