ALFONSO X EL SABIO. Ochocientos años de su nacimiento

El próximo 23 de noviembre de 2021 se cumplen 800 años del nacimiento de Alfonso X El Sabio. Para homenajear al rey de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén y del Algarve; el ayuntamiento de Toledo ha iniciado un intenso programa de actividades que se prolongarán hasta finales de 2022 y a las que se suman instituciones como la Biblioteca Nacional. 

La gran exposición, que se celebrará en el “Museo de Santa Cruz”, nos brinda una excelente oportunidad para acercarnos a piezas únicas, prestadas por la Biblioteca Nacional, el Museo del Prado, Patrimonio Nacional, La Alhambra, la Catedral de Santiago o las Bibliotecas Nacionales de Francia y Gran Bretaña.

El Museo Garnelo expone, en su colección permanente, una obra titulada “Últimos momentos de Alfonso X El Sabio”, que queremos sirva para sumarnos, modestamente, a la efeméride del Rey Sabio.

«Últimos momentos de Alfonso X El Sabio»

Se trata de un óleo sobre tabla, abocetado, de 40,5 x 55 cm., realizado hacia 1886. Es impresionante cómo Garnelo, en pocos trazos, con poca materia y escasa gama cromática, gracias a sus dotes y a su erudición, recrea este pasaje de la historia con gran contenido descriptivo.

En el rostro del monarca podemos intuir la enfermedad que, posiblemente, le causara la muerte, un cáncer maxilofacial. El tumor le provocó grandes dolores de cabeza  y, en ocasiones, el ojo se le salía de la órbita, hasta el punto de que su hijo Sancho llegó a acusarle de “loco y leproso”.

En el momento recreado por Garnelo su sobrino y escritor, don Juan Manuel, le solicita la bendición a los pies del lecho. El rey don Alfonso le responde que no puede dársela porque él no la ha recibido de su padre. Así lo expresaba don Juan Manuel en el “Libro de las armas”, una de sus muchas obras:

“Non es muerte de dolençia, mas es muerte que me dan míos pecados et señaladamente por la maldiçión que me dieron mío padre por los muchos mereçimientos que yo mereçí”.

Un clérigo, sentado a la izquierda del monarca, redacta el testamento real, en el que deshereda a su hijo Sancho por haberse rebelado contra él:

«Así como Nos lo queríamos piadosamente, así cruelmente pugnó él por deshacer lo que Dios había en Nos dado, y codiciando nuestra muerte».

«Y porque la codicia es raíz de donde se mueven todos los males, y aparte la ignorancia es cabeza en que se junta y se afirma, el diablo llegó a tamaño poder que estas dos puso firmes en la obra y voluntad de don Sancho…»

Unos pocos trazos sugieren unos estantes con libros, que recuerdan la genialidad para las letras de un monarca que, a pesar de su intensa dedicación al fallido “fecho del Imperio”, tuvo tiempo para legarnos un variado y valioso patrimonio cultural.

 

F. R.