
Javier Barón Thaidigsmann es, actualmente, Jefe de la Colección de Pintura del Siglo XIX en el Museo Nacional del Prado. Obtuvo el Doctorado en Historia del Arte en 1989, con premio extraordinario de la Universidad de Oviedo, donde también fue profesor. En 1990 recibió el Premio de Investigación Juan Uría y, en 2003, se unió al Museo del Prado como conservador. Es académico correspondiente de las Reales Academias de la Historia, Bellas Artes de San Fernando y San Telmo de Málaga. Además, es miembro del Consejo de Calificación y Valoración de Obras de Arte del Ayuntamiento de Madrid y del Patronato de la Fundación Museo Sorolla.
Barón contribuye a la dirección general y al rigor académico del Museo del Prado. Su responsabilidad implica tomar decisiones sobre adquisiciones, préstamos, esfuerzos de conservación y las narrativas presentadas en las galerías. Su papel como Jefe del Departamento subraya su importancia en varios aspectos clave de las operaciones de la institución y su impacto en la comprensión del arte del siglo XIX.
Javier Barón y el Museo Garnelo
Como miembro veterano y de alto rango del equipo curatorial del Museo del Prado, Barón también ha estado involucrado en la restauración y el enmarcado adecuado de pinturas del siglo XIX, reconociendo la importancia de estos elementos para la correcta apreciación de las obras de arte. En 2005 formaba parte del equipo de José Luis Díez y, en nuestra primera visita para solicitar el depósito de Muerte de Lucano, mostró una opinión muy positiva sobre su traslado al Museo Garnelo de Montilla. El Prado había emprendido una revisión sistemática de sus depósitos para recuperar obras destacadas que no tenían visibilidad, la de Garnelo era una pintura que preocupaba especialmente al Departamento en los últimos años, debido a su «relevancia, interés y estado de conservación deficiente»; en esta tarea fue también encomiable el trabajo de Mercedes Orihuela. Javier Barón, que irradia una calidez y receptividad que derriten cualquier formalidad, consiguió que saliéramos de allí verdaderamente ilusionados con esa posible recuperación, al expresarnos que ningún otro espacio expositivo era mejor que el Museo Garnelo para la obra. En 2010, gracias al patrocinio de Cajasol, se hizo posible el traslado de Muerte de Lucano. Barón, con motivo de su recepción y acompañado de la restauradora Lucía Valverde, que nos habló de las necesidades del lienzo, pronunció una conferencia en el Museo Garnelo.

JOSÉ GARNELO Y ALDA Y EL MUNDO CLÁSICO
Por Javier Barón Thaidigsmann
Su conferencia abordará el profundo conocimiento que Garnelo tenía del mundo clásico, específicamente del mundo grecolatino, que le dejó una marcada huella en su sensibilidad artística durante su periodo de formación en Roma, convirtiéndose en una constante que impregnó toda su producción. Esta inclinación hacia los temas de la Antigüedad Clásica es claramente perceptible al valorar su obra, mostraba una doble pasión por el mundo clásico: la del pincel y la de la pluma. Su adopción de los valores clasicistas no era superficial, sino que emanaba de una comprensión profunda de su trascendencia en la historia del arte y de la cultura. Poseía un conocimiento excepcional de la Mitología, y su personalidad erudita exploraba con fascinación arqueológica cada detalle de la Antigüedad. El mundo clásico fue una fuente inagotable de temas en sus viajes por Italia y Grecia. Uno de sus primeros cuadros de Historia, Muerte de Lucano, se encuentra inmerso en esta tendencia clasicista y es una de las tres obras del Museo del Prado en Montilla, nadie mejor que Javier Barón para desvelar la elocuencia silenciosa de esas pinceladas.
La conferencia será presentada por Miguel Carlos Clementson Lope, autor de «El mundo clásico en José Garnelo y Alda», magnífico elenco para adentrarnos en este aspecto de la personalidad artística del maestro.
El Museo Garnelo y Montilla quieren expresar su eterna gratitud a Javier Barón por todas las gestiones y desvelos que nos ha dedicado y, en este momento, por aceptar generosamente la petición de compartir su tiempo y experiencia, con todos nosotros, a través de esta conferencia. Un acto de compromiso con la difusión del conocimiento, habitual en él, que es profundamente valorado por nuestra ciudad.

F. R.
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