«SANTUARIO GRECO-IBÉRICO», de José Garnelo y Alda, en la exposición del MUBAG «Joaquín Sorolla y la pintura valenciana de su tiempo. Diálogos y contrastes»

El Consell de la Generalitat Valenciana declaró 2023 como Año Joaquín Sorolla, en conmemoración del centenario de la muerte del genial pintor valenciano. En el marco de las actividades programadas a principios de año, el Museo de Bellas Artes de Alicante (MUBAG) articuló una amplia exposición, con ciento quince piezas, titulada “Sorolla y la pintura valenciana de su tiempo. Diálogos y contrastes”, que abrió la celebración del año Sorolla en la Comunidad Valenciana. En dicha muestra se secuencia un diálogo entre varias generaciones de artistas valencianos y españoles de amplia proyección nacional e internacional. Hay maestros, discípulos, contemporáneos y amigos con los que Sorolla vuelve a dialogar a través de sus obras, que se expondrán en Alicante hasta el 25 de Junio.

José Garnelo era secretario de la Asociación Española de Pintores y Escultores mientras Sorolla ocupaba la presidencia, ambos ejercieron sus cargos entre 1912 y 1914, eran amigos y colaboradores desinteresados de la Asociación. Precisamente, de 1912 es «Santuario greco-ibérico», una obra de 184 x 210 cm. que Garnelo presentó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de ese año.

El lienzo fue muy elogiado por la crítica, sorprendía Garnelo a todos por la fidelidad histórica en la representación. Ya en 1911, sobre un estudio preparatorio, decía la «Ilustración Artística»:

«…Varios son los lugares ó sitios de la península en los cuales se conservan vestigios de templos y santuarios en donde dieron culto a sus divinidades los pueblos primitivos. En todos ellos han practicado provechosas investigaciones arqueólogos tan eminentes como Amador de los Ríos, Cánovas del Castillo, Rada y Delgado, etc., sin que sus estudios hallaran quien les diera una artística representación, hasta que recientemente nuestro amigo, el erudito pintor Garnelo, impuesto de los trabajos realizados por tan ilustres personalidades, acometió la difícil labor de reconstituir un santuario primitivo ajustado á la verdad histórica, ateniéndose a los elementos conocidos, como la interesante representación escultórica de la Sacerdotisa de Elche.

La obra llevada a cabo por Garnelo merece cumplidos elogios tanto como producción pictórica, como por ser un documento propio para el estudio de un período asaz remoto, puesto que las figuras, su indumentaria y joyeles característicos y los pormenores todos que integran la obra, están ajustados a la verdad histórica…»

Reproducción en el Catálogo de la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1912

En 1912, año de la Exposición Nacional de Bellas Artes, la Condesa de Pardo Bazán decía así sobre la obra y su autor:

«…Garnelo ha expuesto un cuadro interesante, no sólo por el estudio arqueológico que supone, o por lo hábil de la composición y el interés del asunto que nos muestra, en la España anterior al cristianismo, el elemento de la fe, integrador de la raza, se titula Santuario greco ibérico y nos muestra a la Sacerdotisa, tocada y vestida como el famoso busto de Elche, recibiendo las ofrendas de los devotos, las lámparas de barro encendidas, y la galera en miniatura, que el viejo marinero trae a los pies de la diosa, en gratitud de haber salvado del naufragio. El contraste de las luces de las lámparas y el fondo de mar azul que a lo lejos se divisa como un lampo, hacen muy grata la tonalidad de este lienzo…»

La obra, propiedad del Museo de Bellas Artes de Valencia, por la luz candente de las velas, que transmite al conjunto un aire místico de devoción, es evocadora de «La gruta Lourdes» y, ambas, hacen reflexionar sobre la atemporalidad de la necesidad del ser humano de rendir culto, de acuerdo con la propia fe y valores de la persona.

 

F. R.